
Ilustración: Paul X. Johnson
Un parche en su ojo derecho, una media sonrisa forzada por las circunstancias y esa cicatriz oscura que casi partía su pómulo en dos, un toque de chocancia y misterio que solo se veía cuando mirabas el rostro de frente y por completo. Así era ella, una mezcla extraña entre atractivo y desagrado. Sin duda una apariencia perfecta para esa peligrosa misión encubierta.
¿Quién dijo que una mujer debía lucir como una femme fatale para serlo?
AllegraLuna
Una belleza. Feliz miercoles.
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Me alegra que te guste. Gracias mil por la visita.
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Vestida para desollar.
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Obviamente!!
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